A los 7 años, unos niños tienen un vocabulario de 7.000 palabras y otros de 3.000. La diferencia puede ampliarse hasta las 10.000 palabras cuatro años más tarde. Los que tienen un vocabulario más rico son también los que tienen más libros en casa y los que viven sin dificultad la revolución intelectual que supone pasar, en torno a los 9 años (tercero de Primaria), de aprender a leer a aprender leyendo.
En ese momento las diferencias de competencia lingüística dan lugar a ritmos lectores diversos y, por lo tanto, a trayectorias educativas diferentes. Cuanto mayor sea la competencia lingüística, con mayor facilidad se lee y más conocimientos se adquieren leyendo. Por contra, los lectores que poseen un pobre vocabulario, leen con dificultad, tropiezan, se confunden, no saben captar los significados contextuales.
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