El viernes concluimos los actos programados en nuestra "VI Semana Literaria". Aprovechando que también durante esta semana hemos celebrado y participado en la campaña que cada curso promueve la Diputación Provincial, sobre el "Aceite de Oliva y sus Mundos", hemos tomado precisamente al mundo del aceite, para recopilar poemas, refranes, retahílas y adivinanzas con él y su entorno como protagonistas.
Así una representación del alumnado de distintos niveles educativos, ha visitado las diferentes aulas, para recitar poemas, adivinanzas, refranes...
Aprovechamos para realizar la entrega de los diplomas a los lectores que han destacado, aunque la gran mayoría del alumnado serían, sin duda, merecedores de ellos.
En algunas aulas de Educación Infantil, a su vez nos han obsequiado con el recitado de otros poemas.
Como han sido muchos los poemas y demás composiciones, os acercaremos algunos de ellos en nuestro blog de lectura. Aunque os dejamos ahora el conocido "Andaluces de Jaén" de Miguel Hernández.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
Miguel Hernández. 1937
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