Llegó el día que todos esperamos con más ganas, después de trabajar durante el curso en actividades medioambientales, la visita al Parque natural de Cazorla, Segura y las Villas, el pasado jueves 11 de mayo.
El día, parecía elegido a propósito, buena temperatura y parcialmente nublado, después de las últimas lluvias que han dejado su huella beneficiosa en el campo.
Todo ello favoreció que el avistamiento de animales fuera muy alto, para satisfacción de todos. Así, vimos toda la gama de herbívoros que pueblan estos parajes, también hicieron acto de presencia las ardillas, que al lado de la carretera se movían buscando refugio en los árboles cercanos. Las aves y en concreto las rapaces nos deleitaron con su vuelo.
Nuestra primera parada fue en el mirador del puerto de las Palomas, donde a pesar de la neblina,
vimos el estado actual de la flora, tras el incendio del año 2001, que afectó a más de 800 hectáreas y que ya habíamos estudiado en clase previamente, y del que en nuestras anteriores visitas hacemos siempre un seguimiento.
Tras bajar por el valle y pasar por algunos núcleos poblados, en mi opinión más propios para otros enclaves, como Arroyofrio, llegamos al botánico de la Torre del Vinagre, donde en esta ocasión contamos con la presencia de Paz y Sergio, monitores del aula de la naturaleza del Cantalar, que dirigieron las actividades. El recorrido por el jardín resultó muy didáctico.
Con posterioridad, realizamos algunos juegos con la flora del jardín y su utilidad para nosotros, como protagonista.
Por último y ya en el interior del aula el alumnado realizó unas sales de baño de romero y ambientadores también con esencia de esta misma planta.
De esta manera la mañana se nos hizo corta y llegada la hora del almuerzo, lo hicimos en un área recreativa donde pudieron jugar en los columpios y otros juegos, rodeados de pinos, nogueras y otras plantas propias del monte mediterráneo y todo oyendo el trino de los pájaros.
El itinerario elegido en esta edición fue un recorrido por la Cerrada del Utrero. tras explicarles algunas curiosidades sobre este enclave y su importancia botánica, geológica y ecológica, iniciamos su recorrido por los peldaños que van descendiendo al río Guadalquivir y la cerrada que éste a lo largo del tiempo ha excavado en las rocas calizas.Tras observar las huellas del agua en las rocas calizas, llegamos a la presa que antiguamente abastecía de agua a la central eléctrica cercana, que previamente habíamos contemplado.
Como por desgracia viene ocurriendo los últimos años, la cascada de Linarejos o "Cola de caballo", como también se la conoce, a pesar de estar en primavera, estaba completamente seca. El arroyo de Linarejos no podía aportar su caudal al gran río.
Como la época coincide con la cría de los buitres leonados, estuvimos buscando algún nido de estos hermosos planeadores. la fortuna hizo que localizaramos dos de ellos, donde como en esta ocasión, siempre suele estar uno de los progenitores.En la espléndida tarde, vimos como acudía al nido el macho o hembra que forman la pareja.
Después tras rodear el Peñón del Lanchón y contemplar las magníficas vistas del valle y el puerto de las Palomas, a pesar de las cada vez más construcciones que proliferan, llegamos al bosquete de pinos resineros que ponen fin a nuestra ruta.
Estamos seguros que en adelante el alumnado vera la flora que nos rodea de forma distinta, contribuyendo a su valoración y salvaguarda.
Para rematar un día espléndido en todos los sentido, cuando iniciamos nuestro regreso, una abundante lluvia comenzó, asegurando la vida de todos los seres vivos de esta escarpadas serranías.
Si observáis con atención y ampliáis la foto podéis ver los buitres en los nidos |
El río grande y su bosque de galería |
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