Alumnos de educación infantil y primer ciclo de primaria de nuestro cole acompañados de padres y maestros, subieron al autocar cargados de ilusión rumbo a Piñar.
El trayecto resultó tranquilo, tranquilidad rota por los alegres gritos de los niños cuando atravesábamos los túneles de la autovía.
Al llegar a nuestro destino el día nos recibió soleado pero con viento frío que obligó a subirse las cremalleras hasta la barbilla. Tras devorar los bocatas visitamos una exposición de aves rapaces, pudiendo participar de manera activa en la misma.
Nuestra siguiente visita fue para ver el reto de los animales de la granja, los conejillos y el chivo soportaron durante un rato las caricias de los pequeños.
Bien entrada la mañana nos esperaba el trenecito turístico que por una empinada cuesta y sin prisa nos llevó a una cueva que sirvió de refugio a nuestros antepasados prehistóricos. Niños y mayores escucharon con atención las explicaciones de la guía.
Lo estómagos empezaban a avisar, así que regresamos a la granja donde nos esperaba el almuerzo y un poquito de descanso.

El regreso estaba próximo, el chofer empezaba a dejarse ver. Ya todos en el autocar con los niños contados y bien contados, iniciamos el regreso..., los más pequeños, agotados empezaban a dormirse y los mayores gritaban al conductor "llévanos a la playa", pero ese viaje será para otra ocasión.
Estos son algunos de nuestros momentos..
José Martínez. Tutor de educación infantil de cinco años.
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