Los pinos más viejos de la Península

Con motivo de la reciente visita al Botánico de la Torre del Vinagre, rescatamos esta entrada de cursos pasados.

Es en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, donde podemos encontrar los pinos más longevos (con mas edad) de la Península Ibérica. Rescatamos este interesante artículo publicado en andalucesdiario.es, donde se da cuenta de la caída de uno de estos milenarios árboles, que además estaba siendo estudiado por la universidad de Barcelona.

 Un enorme tronco seco entorpece la vereda de ascenso desde Puertollano al monte Cabañas. El cadáver del viejo pino está troceado. Varias partes de su robusto cuerpo se encuentran diseminadas entre instituciones y universidades. Antes de morir se le estaba haciendo un seguimiento por parte del departamento de Dendrocronología de la Universidad de Barcelona. La dendrocronología estudia la datación de los anillos de crecimiento de árboles, y analiza patrones espaciales y temporales, se comprueba cómo creció, en qué circunstancias climáticas, por qué es longevo. Estaba confirmado que el viejo pino de Puertollano tenía 900 años en 2006. Alfredo Benavente, monitor de medioambiente de la Junta de Andalucía, era el encargado de tomarle los datos: “Era un pino grande. Fue elegido por su grandeza y longevidad para estudiar la temperatura media anual y los años de vida. Una de las veces que fui a tomar los datos, en 2007, me lo encontré caído, seguramente por el fuerte temporal. En la Universidad de Barcelona me dijeron que nunca les había pasado que un árbol que estaban estudiando se cayese. Les interesaba mucho las secciones del corte para estudiarlo con más precisión e intensamente. Solicitaron que le enviásemos una sección del pino. Hubo más peticiones. Se hicieron muchas más secciones del tronco y varias ramas”. UNA EXCEPCIÓN PARA LA CIENCIA Al estar en zona de especial protección su madera había que dejarla sobre el terreno, pero se hizo una excepción: partes del viejo pino están ahora en la Universidad de Barcelona, en oficinas de la Junta de Andalucía, Escuela de Capataces, o ayuntamientos del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Este árbol era uno de los referentes de sus congéneres y vecinos del paraje de Puertollano, en la Sierra de Cazorla, a 1.800 metros de altura. Aquí están los pinos más longevos, los únicos milenarios de la península, como el de la fotografía que tiene 1.046 años. En este paraje las condiciones son peculiares: se alarga la primavera, y en invierno se llega hasta 30 grados bajo cero. Todo influye en estos pinos longevos de formas peculiares, “la copa se le parte y se queda plana por el peso de la nieve —afirma Alfredo Benavente—. Hay pinos que están sobre roca. Son más austeros, con menos recursos, y tienen que administrarlos muy bien. Normalmente las especies cuando están en roca suelen ser más longevas”. PAISAJES ENDÉMICOS También la flora y fauna que los rodea es única. “Son paisajes endémicos, —dice Alfredo—. Significa que la formación vegetal de la zona, nada más que se da aquí” A estos pinus nigra, los lugareños les llaman salgareños. La convivencia de los serranos en estos entornos naturales de Cazorla, sobre todo con los pinos, se mantuvo hasta el siglo pasado cuando se dejó de aprovechar la madera. El fin de la explotación maderera y las condiciones ambientales han hecho posible que estos árboles hayan sobrepasado los mil años, convirtiéndose en los pinos más longevos de la península ibérica.“En las relaciones de los pueblos de Felipe II, en 1575, ya se hace alusión al pino salgareño de la comarca”, nos apunta Alfredo. El nombre más extendido, pino laricio, procede del francés. Su madera era idónea para las traviesas de vías férreas. Ahora se les deja vivir, y los rayos, que marcan algunos de los troncos, son la principal causa de su muerte. Estos ancianos venerables de Cazorla prestaron un servicio fundamental a los serranos. Ahora, sus patriarcas milenarios, si les dejamos, seguirán ahí, siendo testigos de que la naturaleza es capaz de adaptarse durante miles de años a su hábitat, por muy adverso que nos parezca.