A principios del siglo XXI, la situación del Lince
ibérico era dramática. En toda la Península Ibérica solo sobrevivían dos
poblaciones aisladas, ambas en Andalucía: Sierra Morena y Doñana, entre ellas
no llegaban a los cien ejemplares (53 en Sierra Morena y 41 en Doñana). En 2002
la IUCN revisa
la lista de especies del Libro rojo y sube de categoría de amenaza del Lince
ibérico pasándolo a “critically endangered” consiguiendo el dudoso honor de
convertirse en la especie de felino más amenazada del mundo. La destrucción de
su hábitat, las muertes por causas humanas y sobre todo, la afección de dos
enfermedades víricas en el conejo silvestre (RHD y mixomatosis), su principal
presa, fueron las causantes de la situación de la especie.En ese momento se
inicia un programa de conservación cofinanciado entre el Gobierno de Andalucía
y la Unión Europea
a través de dos proyectos Life Nature ( “Population recovery
of the Iberian Lynx in Andalusia” y LIFE06 “Conservation and
reintroduction of the Iberian lynxin Andalucia”), ambos proyectos recibieron
el reconocimiento de los Members States con el galardón de “ the best of the
best” project. La clave fue recabar el máximo apoyo institucional con la
entrada de socios en el proyecto con obligaciones concretas y el apoyo social
mediante la firma de Convenios de colaboración con propietarios de fincas y
asociaciones de cazadores. Al final de 2011, se disponía de 160 Convenios de
colaboración que equivalían a 180.000 ha y habían colaborado como socios 10
instituciones: conservacionistas, de cazadores y de diferentes
administraciones.La dieta del lince ibérico la compone el conejo silvestre en
un 90 %, los trabajos desarrollados se encaminaron a la recuperación de las
poblaciones de conejo silvestre en las áreas linceras apoyándose en los Convenios
de colaboración y realizando mejoras de hábitats para el conejo (construcción
de refugios, mejoras de pastos, puntos de agua...).
Fuente: Boletín Gato-Clavo.
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