Hace unas decenas de años, eran relativamente común que en las pequeñas ciudades como la nuestra, los cárabos, lechuzas, buhos y otras rapaces nocturnas nidificaran y formarán parte del "censo de la localidad", con los consiguientes beneficios que nos aportaban. También incluían esta nómina, vencejos, jilgueros, herrerillos, carboneros, cernícalos, petirrojos, mirlos..., y que de decir de los abundantísimos gorriones comunes. Pues en los últimos treinta años la población de gorriones en las ciudades ha disminuido un 63% y hay ciudades como Londres o Pekín, donde casi han desaparecido.
Como ya sabemos, todo lo que ocurre en nuestro planeta afecta al ser humano. Esta progresiva desaparición de esta simpática y beneficiosa ave, nos indica que la calidad ambiental de nuestras urbes no es buena, lo que también incide en nuestra salud.
Seguro que este es el motivo por el que la SEO/Bird Life (Sociedad Española de Ornitología), ha declarado al gorrión común como "Ave del Año 2016".
A partir de ahora cuando veáis un pájaro os animo a que os fijéis que ave es y lo disfrutéis y protejáis.
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