Cástulo, desde el Antiguo Egipto a la Edad Media

El conjunto arqueológico de Cástulo y sus alrededores, en concreto la rivera del río Guadalimar, han sido los lugares que el alumnado de 5º y 6º de nuestro centro han visitado esta mañana.
En principio, y contando con la presencia de dos monitores, se hizo un rápido repaso a la historia de Cástulo,desde sus orígenes halla por el III milenio antes de Cristo (época de construcción de las grandes pirámides de Keos, Kefrén y Micerino) hasta su desaparición el el SXV (último siglo de la Edad Media y conocido como siglo de los descubrimientos).

Detalle nuevo mosaico encontrado

Así de la capital  íbera de la Oretania, que fue el último puerto navegable del Betis, han podido contemplar la situación de su emplazamiento amurallado el oppidum  y que llego a ser tan importante que acuño su propia moneda, el semis. Aunque al final gran parte de sus edificios fueran derruidos y transportadas sus piedras a la vecina Baeza, donde sirvieron para construir otros nuevos.
Pero también ha habido lugar para enseñar algunas técnicas de orientación y contemplar la flora y fauna del entorno. En concreto el alumnado ha descubierto "in situ"  restos de moluscos, algunos casi fosilizados como es el caso del iberus gualterianus, un caracol endémico de Andalucía (es decir, que no existe en ningún otro lugar del planeta) y que está en peligro de extinción. El monitor que nos ha acompañado D. José Liétor, es un entuasista malacólogo ( estudioso de los moluscos) y ha sido muy generoso en sus explicaciones en este campo. Os dejamos el enlace a su página informatizada.

 Ejemplares de iberus gualterianus

El rincón del malacólogo

Actividad en el río

Posteriormente se han visitado las termas, cercanas al enclave, donde se ubica el edificio origen del ya famoso "Mosaico de los amores" y del nuevo recién sacado a la luz.
El tramo final de la actividad programada ha sido la bajada al río Guadalimar, donde se ha comprobado el ph del agua del río, mediante unas tiras reactivas y se ha visto y hablado sobre las comunidades vegetales y animales que viven allí.
Una mañana en la que a pesar del paseo (para algunos algo largo), ha merecido la pena y a buen seguro nos hará reflexionar sobre la importancia del rico patrimonio cultural y natural que nos rodea, y de la necesidad de cuidarlo.